viernes, 2 de mayo de 2014


Este fin de semana lo pasaremos en Lisboa

Acogedora y maravillosa a partes iguales, con una belleza peculiar y decadente que recuerda a otros tiempos, a los años de posguerra en los que Lisboa era un sitio de encuentro para lo mas granado de la sociedad europea así como una puerta a la libertad.

Yo, evidentemente la he conocido muchos años después, pero ese espíritu  de tranquilidad y de belleza, se ha mantenido.

Si solo vais a pasar un par de días en la capital Lusa, os recomiendo que no os perdáis Belem, sus pastelillos, buenísimos para desayunar,  si disponéis de tiempo, también os recomiendo que paséis un buen rato en el claustro, es un lugar singular  que invita al recogimiento.

Después de este buen desayuno yo recorrería las callejuelas de la ciudad en busca de la torre Eiffel, ver su antiguo ascensor ya merece la pena, toda una obra de arte.

Como no puede ser de otra manera, yo me comería un buen bacalao, lo cocinen como lo cocinen esta especialidad portuguesa siempre está buena, es ligera y saludable. Una copita de absenta y a continuar de paseo.

Si cogéis el tranvía E28 podéis subir bordeando la costa hasta un castillo de Juan de Herrera, realmente parece que te traslades al Caribe. Está lleno de Bugambillias sobre las casas encaladas, y si encontráis un buen sitio, podéis quedados a ver el atardecer sobre el atlántico, una manera perfecta de acabar el día.



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