viernes, 28 de marzo de 2014

Un paseo por West Yorkshire

Hoy mezclaremos literatura y viajes, dos de mis pasatiempos preferidos.
Hace tiempo y por casualidad visite un pequeño pueblo que para mi sorpresa escondía un lugar encantado donde se fraguaron algunas de las más grandes historias de la literatura inglesa.
En busca de unas cataratas que salen en Posesión, una novela de A.S. Bayatt, me topé por casualidad con un pueblecito llamado Haworth, pequeño, verde y completamente desconocido para mí.


Fue por una parada técnica, para repostar y para coger suministros para el picnic, el nombre de las Brönte publicitado aquí y allá nos llamó la atención y acabamos visitando la casa museo.
Es un lugar bastante especial, curioso por lo que representa, pero sobre todo por lo clarificador que resultó. Siempre me había preguntado qué clase de vida debieron llevar estos talentosos hermanos, que tanto en la literatura como en las artes plásticas tendían al oscurantismo más allá del estilo de la época. 
Fue una revelación, sabía a grandes rasgos algo de su historia familiar,  que se habían criado en una rectoría y que su infancia fue muy estricta. Pero para nada esperaba lo que allí vimos.
Las historias de las Brönte me han acompañado desde la adolescencia, sobre todo Cumbres Borrascosas y Jean Eyre, que releo una vez al año. 
No os voy a engañar, tengo debilidad por las novelas victorianas. Para mi es una época fundamental donde nace el mundo tal y como lo conocemos hoy. Pero no es ese el único motivo, me encantan esas historias oscuras de amor y misterio, esos personajes que solo intuían la libertad que podían llegar a tener y aún dentro de este marco de grandes restricciones se las componían para vivir grandes aventuras en paisajes tremendamente hostiles.
La rectoría, era una casa confortable, con todas las comodidades de la época, pero situada dentro de un cementerio, bonita pero oscura y siniestra. Y las ventanas daban al cementerio. 
El norte de Inglaterra es tremendamente verde, húmedo, oscuro y  climatología es bastante dura. 
En esas condiciones vitales, la búsqueda de la libertad y las ganas de vivir aventuras solo eran posibles a través de la imaginación.
Por qué, no lo vamos a negar, la época me encanta pero las restricciones sociales y sobre todo las morales condicionaban mucho manera de relacionarse y como enfrentarse a los distintos retos. En aquellos tiempos, la imaginación y la inteligencia, sobre todo para las mujeres, era tanto una bendición como una maldición.

Si os gusta la literatura, este pude ser un viaje de lo más curioso, en mi caso si volviese o mejor dicho cuando vuelva, haría un viaje específico para ir a Haworth, un fin de semana, nada muy largo. Me quedaría en un Bed & Breackfast familiar, visitaría la casa tranquilamente, iría de picnic por los alrededores, visitaría la catarata Brönte, si el tiempo lo permite, releería alguno de sus libros y haría un poco de vida local, su comida, costumbres, visitar los lugares en los que crecieron




Para este viaje os proponemos un Look cómodo y relajado . Un poco a tono con la época victoriana y el entorno en el que nos vamos a mover.



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